SUPERANDO LA SOLEDAD

La soledad es una experiencia universal que todos enfrentamos en algún momento de la vida. Puede surgir de la pérdida de un ser querido, cambios en nuestra rutina o incluso de la falta de conexiones significativas, pero también puede ser una oportunidad para el crecimiento personal. Es importante que sepas que no es tu destino final y que puedes superarla, en este articulo te ofrecemos recursos practicos y ejemplos.

En julio de 2010, mi vida sufrió un revés; no recuerdo qué día fue, pero era un día inhóspito, una fuerte tormenta se abatía sobre la ciudad, debido a la intensidad del temporal se había cortado la energía eléctrica, por lo cual, el día estaba oscuro, lluvioso y frío. Iba saliendo para mi trabajo cuando recibí una llamada telefónica, hubo un accidente y me avisaban que mi hermano estaba hospitalizado. Cuando llegué al hospital, la realidad era muy diferente, no estaba hospitalizado, había fallecido en un accidente a causa de las inclemencias del tiempo. Demás está decir que no lo esperaba, me costaba creer lo que estaba viviendo y aún faltaba transmitirle a mi mamá el suceso. Mi madre era lo máximo para mí y el solo hecho de imaginar su sufrimiento me destruía. Cuando mi otro hermano y yo llegamos a la casa de mi mamá, ella ya se había enterado del accidente y la muerte de mi hermano por la radio. Mi hermano era muy conocido y eso hizo que rápidamente trascendiera el acontecimiento y dedicaran todo un programa radial a su vida, trayectoria y accidente. Mi mamá no lo pudo aceptar ni resistir, y a los dos meses del accidente nos dejó. Por primera vez sentí una soledad que se me hacía imposible cuantificar o tolerar, fue entonces cuando debí tomar LA decisión que definiría mi propósito de vida.

¿Me dejaba embargar por la angustia y la soledad? ¿O buscaba la manera de aceptar lo que no podía cambiar y transformaba ese dolor en algo positivo? Siempre fui una persona de fe y en ese momento la fe me dio fuerzas para buscar caminos alternativos, para encontrar recursos internos y desarrollar otros nuevos.

A continuación, te dejo un breve resumen de los recursos que a mí me ayudaron a superar la pérdida de mis seres queridos y seguir adelante fortaleciéndome en el proceso.

A cada momento de cada día existen personas en el mundo que se sienten solas. La soledad es una experiencia universal, es parte de la vida.

Puedes dejarte abatir o, al igual que yo, usar el poder que hay en tu interior para hacer cambios positivos en tu vida. Existen muchas maneras:

1. Cuida de ti mismo. Para controlar el estrés y mantenerte lo más sano mental y físicamente posible, ten una rutina de ejercicio. No necesitas ir a un gimnasio; puede ser salir a caminar o a andar en bicicleta. Mantén una alimentación saludable y trata de dormir lo suficiente. Recuerda que el ejercicio te ayudará a descansar mejor. En este punto es importante que realices actividades que disfrutes. Es posible que no tengas ganas de salir con amigos o ir al cine, pero créeme, es importante que tengas pasatiempos y que hagas cosas por y para ti. Es parte del autoconocimiento y autocuidado que mereces y necesitas.

2. Encuentra propósito a través del servicio. Personalmente, me involucré en un programa de voluntariado para ayudar a personas con depresión. Retomé mis estudios de Psicología y me formé en otras áreas como el Coaching, la Neurociencia, la Inteligencia Emocional, Coaching de Salud y Liderazgo. Superé mis pérdidas, hice mi duelo y me redescubrí ayudando a otras personas que tenían sus propias pérdidas, problemas y batallas, en algunos casos físicas, en otros casos emocionales e incluso espirituales.

Conocí a un buen amigo allí, alguien que durante mucho tiempo estuvo perdido, viajando por el mundo en busca de algo que le diera sentido a su vida.Probó distintos caminos, intentando llenar un vacío que parecía inagotable. Con trabajo personal y autoconocimiento, comprendió que lo que realmente lo atormentaba eran experiencias que cargaba desde niño. Solo cuando enfrentó su duelo y dejó de sentirse responsable por lo que no podía cambiar, comenzó a construir una nueva vida. Hoy tiene una familia hermosa y ha encontrado su propio equilibrio. Su historia me enseñó que la soledad, por más profunda que sea, no es un destino final, sino un estado que podemos transformar.

También conocí a una madre que sufría depresión crónica, amaba a sus hijos con todo su ser, pero el peso de su angustia y desesperación le impedía encontrar la luz. Trabajamos juntas, día tras día, ayudándola a descubrir pequeños momentos de alivio, hasta que con el tiempo pudo reconectarse con su amor por la vida.

Junto a estas experiencias, mis propios problemas parecían insignificantes. Me di cuenta de que todos, en algún momento, nos sentimos perdidos, pero siempre hay una salida.

El arte y la espiritualidad están íntimamente relacionados. Si te gusta la música, la escritura, el dibujo, la pintura, la fotografía o cualquier otra rama del arte, intenta representar tu experiencia a través de ella. Y si es posible, compártela con el mundo. Esto te otorgará poder sobre tu soledad. Hazte dueño/a de tu experiencia. Quítale el poder. Compártela con el mundo.

Practica estar presente con tus emociones (mindfulness), reflexiona, medita y escribe tus sentimientos. Escribir te ayudará a procesarlos y a aceptarlos, te ayudará a conectarte contigo mismo y conocerte mejor.

No importa la cantidad, importa la calidad. Puedes hacerte socio de un club, unirte a un grupo de intereses o simplemente tomar la iniciativa de conectar con otras personas. Recuerda que hay muchas personas sintiéndose solas que quizá están esperando a que tú des el primer paso.

Involucrarte en voluntariados o en actividades comunitarias puede ayudarte a sentirte menos solo/a y a descubrir un propósito más profundo.

Dedica un momento cada día para hablar con familiares, amigos o vecinos. Puede ser en persona, por teléfono, correo electrónico o mensajes de texto. Hablar con los demás es construir puentes que nos ayudan a salir de nuestra soledad.

Los animales nos brindan amor y compañía incondicional. Pueden ser una fuente de consuelo y colaborar con nuestro bienestar emocional.

Retoma un pasatiempo antiguo o aprende algo nuevo. Puede que te diviertas y conozcas gente con intereses similares.

Participar en actividades comunitarias puede ser una buena manera de interactuar con tu entorno. En mi caso, utilicé la tecnología para crear un grupo comunitario y compartir con mis vecinos temas y actividades de interés.

Siempre existe alguien que se preocupa por ti. Puede ser un amigo, un familiar o incluso un desconocido que comprende tu dolor. Acércate y déjalos entrar.

TIPOS DE SOLEDAD

¿Alguna vez te has sentido solo, incluso estando rodeado de gente? ¿Has experimentado esa sensación de vacío cuando no encuentras a alguien con quien compartir lo que sientes? Al reconocer y comprender las diferentes formas de soledad, podemos tomar pasos para sanar y encontrar la conexión que tanto necesitamos.

En la era de las comunicaciones, resulta paradójico que exista tanta soledad en los seres humanos. Nunca antes en la historia existieron tantos medios de comunicación como hoy en día, y tampoco nunca antes existieron tantas personas sufriendo tanta desconexión como ahora. La presencia de soledad refleja la ausencia de conexión, no la ausencia de personas. Por eso, una persona puede sentirse sola incluso en una multitud.

Piensa en esto: ¿alguna vez te has sentido solo, incluso estando rodeado de gente? ¿Has experimentado esa sensación de vacío cuando no encuentras a alguien con quien compartir lo que sientes? No existe peor soledad que la que se siente estando acompañado, cuando las personas que están a nuestro alrededor no son parte de nuestra red de apoyo, o cuando lo son, pero no nos brindan el apoyo que necesitamos en momentos específicos.

Hablemos de los principales tipos de soledad que podemos experimentar. En un artículo futuro, exploraremos recursos valiosos para enfrentar y superar nuestros sentimientos de soledad.

1. Soledad existencial

La soledad existencial es quizás la más profunda y universal de todas. Es la sensación de estar separado del mundo, incluso cuando estamos rodeados de personas. Carl Jung podría decir que esta soledad surge de la confrontación con nuestra propia naturaleza y la búsqueda de un propósito en la vida. Es un llamado a enfrentar nuestras propias sombras y a encontrar un sentido más profundo de nuestra existencia.

La soledad tiende a despertar sentimientos negativos; sin embargo, no es una condición a la que debamos temer, sino una oportunidad para descubrir quiénes somos realmente y qué queremos en la vida. A veces, nos encontramos preguntándonos: ¿Por qué me siento solo si tengo todo lo que necesito? La respuesta muchas veces está dentro de nosotros y no fuera.

2. Soledad emocional

La soledad emocional es un estado en el que una persona se siente emocionalmente aislada, incluso cuando está rodeada de otras personas. Esta soledad se manifiesta cuando no te sientes comprendido, apoyado o amado en un nivel emocional profundo.

Por ejemplo, puedes sentir soledad emocional si has perdido a una pareja con la que compartías tu vida o cuando todos a tu alrededor tienen pareja y tú no. Es esa sensación de querer contarle a alguien algo importante y darte cuenta de que no sabes a quién acudir. También puede surgir tras la pérdida de un amigo o familiar que te brindaba la contención y apoyo que te hacía sentir seguro y acompañado.

Si alguna vez te han roto el corazón, quizás hayas experimentado esa sensación de vacío, de echar de menos a esa persona que ya no está. La soledad emocional no es solo falta de compañía, sino falta de conexión auténtica.

3. Soledad social

La soledad social es el sentimiento de aislamiento que surge cuando no tienes suficientes relaciones sociales o cuando te sientes excluido de tu entorno. Puede aparecer cuando inicias un nuevo trabajo, cuando te mudas a una nueva ciudad o cuando comienzas estudios en una institución donde no conoces a nadie. A veces, puedes estar rodeado de personas, pero sentir que no perteneces, que no encajas o que simplemente no eres valorado dentro del grupo.

Tal vez has sentido esta soledad en una reunión llena de gente donde, a pesar de las risas y conversaciones, te sientes como un espectador en lugar de un participante. O cuando intentas encajar en una comunidad, pero sientes que no logras encontrar tu lugar. La soledad social nos recuerda la importancia de construir conexiones significativas y genuinas.

Reflexión final

La soledad no es solo una experiencia a evitar, sino una parte integral de la condición humana. Puede ser transitoria, situacional o crónica, y el impacto que tenga en nosotros dependerá de cómo la gestionemos. Aunque la soledad puede ser difícil, también puede ser una oportunidad para crecer, sanar y descubrir nuestra verdadera naturaleza.

Cada tipo de soledad tiene su propia enseñanza y su propia belleza oculta. Al abrazarla con compasión y curiosidad, podemos transformarla en un camino hacia la autoconciencia y la realización personal. En próximos artículos consideraremos recursos valiosos que nos pueden ayudar a combatir nuestros sentimientos negativos para que comencemos a ver la soledad como una oportunidad para descubrir quiénes somos realmente, que queremos en la vida y como podemos transformar este sentimiento en una oportunidad para fortalecer nuestra conexión con nosotros mismos y con los demás.